Publicado: enero 21, 2010 en Uncategorized

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Escribir íntimamente, cuando esta tinta es un desliz tan tuyo, propio, es como el tacto en la piel de una mujer, que fluye, sin dirección pensada. El cuerpo sabe lo que hace, de la misma forma en que el espíritu aborda la palabra sin mediación de razón. Diversificarse entre las palabras de un buen textos y entre varios músculos es como pasar el cuerpo por tu cuerpo, las noches en distintos lugares; entregarse a la búsqueda del sentido exterminando la palabra siguiente es ir más allá de ti, descubrirte en un hilo que igual desaparece con el segundo, con el suspiro; encontrarte en la cúspide de lo nocturno…. Una simple vocación sin habla en la voz de tu amante, sentido sin conciencia el fluir de esas letras.

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